Es una serie de dibujos que nace a partir de un ejercicio de observación en un viaje emprendido al Parque Nacional Tayrona, en el cual, a través de un recorrido de corte etnográfico, fui recopilando una serie de imágenes, situaciones y objetos; momentos que extraigo de la realidad, a modo de pesquisa, para poetizarlos, dejándome llevar por una suerte de intuición visual, un caminar no definido, pero con un objetivo concreto. A partir de un minucioso registro fotográfico de la naturaleza, las prácticas informales, y la sublimidad que envuelve a este escenario, retraté aquello en lo cual encontrara un sentido de belleza que resumiera, en ultimas instancias, la esencia de este paisaje y de su contexto inmediato. Luego de realizar este trabajo de campo, me tomé la tarea de llevar a cabo una revisión profunda de este archivo, con el objetivo de tamizar y seleccionar un conjunto de imágenes afines al discurso planteado. Del mismo modo, luego de seleccionar, procedí a ejecutar una intervención que hago frecuentemente en mi trabajo: extraer la figura del fondo, suprimiendo todo elemento secundario para enfocarme en lo sustancial, dejando así los elementos sin atmósfera, flotantes en un extenso espacio en blanco, en una simulación de vacío. Desde un panal de termitas, un manojo de peces anzolados, una roca monumental, o un pescador en su jornada matutina, pretendo dar cuenta de las dinámicas visuales, naturales y sociales que se despliegan en estos espacios, mientras que, desde una mirada sincera y abierta, construyo una vía paralela al paradigma clásico que intenta responder con palmeras y cocos la pregunta ¿Cómo luce el Caribe?
2020, dibujos, grafito sobre papel, 42 x 59,4cm c/u.