La Paz y Nelson Mandela son dos barrios periféricos del Caribe Colombiano fundados en Cartagena y Barranquilla a partir de la invasión de terrenos urbanos baldíos consecuencia del acelerado flujo de desplazamientos que provocó la violencia en las zonas rurales de la región y el país en las décadas de los años 60s y 90s. La pugna por la tierra y el escalonamiento de las violencias obligaron a numerosas familias a invadir, hacerse forzadamente a un rancho e reinventar la vida al borde de las ciudades de la región, por lo que estas crecieron de forma orgánica y empezaría la lucha urbana por el acceso al bienestar social, la popularización de tradiciones y la economía de la buena fe. La Paz fundado en 1966 y Nelson Mandela en 1994, conforman dos claros ejemplos de las resistencias comunitarias que durante décadas han digerido las violencias exógenas y han creado otras como parte fundamental de la comunicación y convivencia cotidiana. En esos bordes es donde se cruza la calle de dos artistas jóvenes como Dayro Carrasquilla y Luis Mendoza, quienes nacieron, crecieron y hoy trabajan desde allí con proyectos que encarnan las fragilidades y sutilezas de las violencias: La limpieza social, los huertos de plantas medicinales, la economía del fiao y el cuentagotas; también nos dejan invadir la intimidad de un tejido cultural de creencias que evidencian “las violencias sin causas”, señaladas por F. Fanon como todo gesto violento que al no poder ser respondido directamente a quien lo genera, se extiende de manera orgánica en todo su alrededor. Ambos artistas no quitan la violencia y le encuentran cause, porque la han experimentado como otras formas de vida. Elaboran una narrativa visual de una violencia que mata la violencia.